Si quieres una descripción detallada del Ultra Trilhos dos Abutres,
puedes dejar de leer ahora, no voy a contar nada de desniveles, kilómetros,
bajadas técnicas o ritmos de carrera. Si alguna vez has corrido en Portugal ya
conoces cómo se lo monta esta gente y más aún siendo una de sus pruebas más
emblemáticas.
Una vez en la línea de salida todos juntos, fotos de rigor,
frío y ánimos. Como sabríamos después, todos nos pasamos la carrera pensando
cómo le iría a él al pasar por cada una de las zonas. Salida rápida, una
primera subida potente, primer avituallamiento en el Km 14 o terrenos
complicados tanto de subida como de bajada, pueden ser duros si vas con las
fuerzas o los ánimos un poco justos. ¿Lo acompañamos? No. Tenía que hacerlo
sólo.
Fecha obligada si eres Coutadas tanto por las anécdotas que
cuentan los que ya han ido como por la convivencia el fin de semana, porque la
carrera en sí, o cómo te haya salido, es lo de menos, lo importante en este
equipo es compartir estas experiencias porque a todos, desde el que lleva 40
años corriendo al que lleva dos, nos encanta esto y no hay mejor manera de
vivirlo que irnos juntos a pasar el fin de semana cocinando, durmiendo y riendo
juntos. Ah, corriendo también.
Nuestro Juan es el compañero más cariñoso, disfruta cada
salida al monte juntos como si llevase dos años sin poder ir. Esta carrera
sería su primer ultra, la había preparado y se notaba una mejoría en su
rendimiento, sólo temía a los tiempos de corte. La apuesta era fuerte, porque
no es la carrera más sencilla para probar esa distancia.
No voy a describir un trail, subes, bajas, resbalas, corres,
te agarras a los árboles, comes, bebes, lo típico, vamos.
Los últimos avituallamientos, casi cada 5 km, hacen que se
te pase mejor el tramo final, que se hace un poco pesado porque el único punto
negativo en cuanto a organización es que en varios tramos se comparte recorrido
con corredores de la prueba de 30 km y se hace raro el hecho de que en el km 40
de una carrera se formen tapones. El resto es perfecto, bosques, ríos, cascadas
o subidas casi por ferratas, hace que esta carrera sea muy recomendable.
Cada uno fue llegando a meta y teníamos información de la
progresión de Juan por lo que nos iba contando Dani, que estaba en varios
puntos del recorrido por si necesitábamos algo.
Nos avisó del paso por el km 46 y nos fuimos a la meta a recibirlo. Ya
lo tenía. Un ultra, nada menos.
Y no recuerdo más de la carrera. Lo que no se me olvida son
el concurso de paellas, la chimenea, el viaje, el pacto con Nandiño en la
última parada para acabar juntos, el barro (poco este ano según cuentan) y todo
lo que me reí.
VOLVERÉ.