TRANSGRANCANARIA ADVANCED 2016 - POR DANI CORVO

CRÓNICA TRANSGRANCANARIA 2016

El día 5 de Marzo a las 7:00 am había una cita con el trailrunnig a nivel internacional, arrancaba la Transgrancanria HG en la modalidad ADVANCED de 83km recorriendo la isla de norte a sur.


La Transgrancanaria es el sentir de un pueblo, el pueblo canario; y esta carrera es la mejor manera de mostrar toda la belleza que tiene la isla de Gran Canaria. Este año ha habido un récord de participación (3300 participantes) y récord de nacionalidades diferentes, hasta gente de 71 países. Estas cifras no son una casualidad cuando es el 17 año de celebración consecutiva de esta prueba. Será por algo y es que cuando una carrera está organizada por corredores, las cosas generalmente se hacen bien, y es una prueba donde se cuida al corredor y el corredor se siente cómodo.


En la modalidad Advance, en la cual yo participé, el cartel de salida era impresionante, nivel espectacular de corredor@s. Amanece a las 7:00 en la isla y allí estamos en la plaza del pueblo de Fontanales, lugar de salida. Gente, nervios, abrazos, deseos de suerte, calor humano, material de running y sobre todo ganas, muchas ganas de correr.


El recorrido atraviesa la isla entera de norte a sur, con terreno para correr y zonas técnicas, hay muchas variaciones, subidas y bajadas, donde se ponen a prueba las habilidades de los corredores. Se empieza a 800m sobre el nivel del mar y se termina en la playa.


Mi primer objetivo es terminar la carrera, es lo que hay que pensar. Comienzo corriendo muy cómodo con climatología muy similar a la gallega, eso me beneficia, la temperatura perfecta. La primera parte del recorrido es preciosa, de los km más bonitos en los que he  participado en una carrera (con permiso del Courel); zonas de caminitos sinuosos, muy verdes y mucha gente animando en los avituallamientos.

Esta primera zona de carrera es un continuo sube y baja con una subida larga de 13km aproximadamente donde van pasando lentamente los kilómetros y el tiempo. A medida que nos vamos adentrando hacia el centro de la isla el paisaje va cambiando, derivando hacia zonas de arboledas y pinares, y ya a mitad de carrera le hacemos el saludo obligado al Roque Nublo, colosal este paisaje, digno de ver, te hace sentir realmente pequeño; para mí la zona mas bonita de la prueba.


Es entonces, cuando llegando al avituallamiento central y el mas importante (km 40) tengo que parar porque casi no aguanto de dolor en el pie derecho, ya desde el km 20, notaba una ligera molestia a la cual no le di mucha importancia. No se me ocurre mejor idea que descalzarme para ver que hay ahí y descubro tierra, suciedad y mucha sangre; es entonces cuando se me pasa el primer pensamiento de decir, bueno aquí se acaba la carrera para mí, creo que duró en mi cerebro un segundo, inmediatamente el siguiente pensamiento fue desdoblar cuerpo y mente, y pensar... no voy a ser capaz de controlar el dolor? me va a ganar la partida? esto es el punto final? ni de coña. A correr y a callar. A veces hay que correr porque sí y punto.


A raíz de ese momento tenía dos opciones: parar o continuar;  me quedaba la mitad del recorrido todavía, pero busqué el lado positivo. Ya no iba sólo corriendo, tenía un amigo, un compañero de fatigas, el DOLOR, y podía ir hablando con él. Le dejé quedarse conmigo el resto de carrera, eso sí, le dije que no intentase robar el protagonismo de la situación. Y así fuimos los dos juntos hasta el final, charlando de esto y de lo otro, haciéndonos compañía y el rato un poco más ameno, no nos abandonamos el uno al otro, le decía que tirase que iba mejor que yo pero no quiso, que fiel fue...


Bromas a parte, la segunda mitad del recorrido era la más sencilla de correr, en cuanto a desnivel se refiere pero en mi caso sufrí bastante con los pies llenos de llagas. El paisaje aquí se torna más desértico, aunque no deja de ser paradisíaco, corriendo por zonas de barrancos enormes te sentías como un tarahumara en las Barrancas del Cobre.

Ya iba parando en todos los avituallamientos a comer un poco y a hidratarme, el sol y el calor aparecían pero sin machacar demasiado. La parte final del recorrido fue horrible, un transcurrir por el lecho de un río seco, corriendo por encima de cantos rodados que tenías que ir más concentrado de dónde pisabas que de disfrutar del entorno, parecía infinito ese tramo, no se daba acabado nunca. Eso sí, cuando sales del barranco y ves al fondo la estatua de Colón y la zona de Maspalomas, ahí se te pasa todo, el dolor, el sufrimiento, los malos pensamientos. Ya dices, ahora si que sí, esto está hecho, lo tengo en la mano ya no queda nada.

La zona de llegada a meta con un ambientazo tremendo, toda la gente animando y aplaudiendo que te hacen sentir como un profesional. Ya corriendo en la antesala de la recta final vas saboreando la llegada y cuando enfilas el tramo final hacia el arco de meta, creo que ya no corres, vas en el aire. Es una sensación que te hace sentir bien, eres feliz.


Si algún año os cuadra bien, participad en esta carrera, en cualquier modalidad. Es muy entrañable por el entorno donde discurre. Sobre todo para la gente del norte, como nosotros, es un paisaje y unos terrenos muy distintos a los cuales estamos acostumbrados a correr. Merece la pena sin lugar a dudas.


No termino esta crónica sin decir que ha sido para mí un orgullo correr con la camiseta del Coutadas Trail Team, haciendo honor y gloria a los colores de este equipo y llevando en el pensamiento a muchas personas de mi entorno que han estado ahí en los momentos buenos y en los malos. A todos vosotr@s gracias. Larga vida al Trail Running!!


Live fast, run faster

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