martes, 9 de febrero de 2016

IV Trail Santa Luzia: el inicio de una nueva temporada. Por Nando.

EL INICIO DE UNA NUEVA TEMPORADA.

En diciembre después de la decepción que había llevado después del trail de San Silvestre, y con las ganas de volver a disfrutar de lo que mas me gusta, decido inscribirme al trail Santa Luzia que ya conocía, pues el año pasado ya había participado en dicha prueba (pero este año totalmente cambiado el recorrido), y que había sido la primera carrera del año, al igual que este.



Este año me acompaña mi gran amigo Edu, buscando esa preparación para la transgrancanaria.
Después de una semana complicada por no poder entrenar lo que tenia planeado por culpa de un proceso gripal, el domingo partimos a las 8:00 para Viana (Portugal).
A las 8:15n(hora portuguesa) llegamos al estadio Manuela Machado donde se celebra la prueba.
Al llegar nos encontramos con algunos compañeros y entre ellos a Alejandro Lagorios, quien al final acabaría en la 5ª posición. Vamos a recoger los dorsales y nos dirigimos al coche para  acabar de prepararnos pues la carrera tiene su inicio a las 9:00.
Una vez preparados nos dirigimos para la salida donde por cierto me encuentro con otro gran amigo y compañero de fatigas del año pasado en la Transvulcania, Carlos, que por cierto el año pasado nos conocimos en esta carrera y que este año iba a participar en el trail corto y en el cual quedo en un muy meritorio puesto 27 y bajando de las 2 horas.
A las 9:05 dan la salida y partimos todos juntos, los del trail largo y los del corto, pues vamos a compartir recorrido hasta el km 15.



La carrera empieza en continua subida durante 10km sin apenas dar un respiro, cruzando entre medias algún que otro riachuelo que a la larga lo acabaría pagando (por mojar los pies).
Cuando llegamos al km 10 y después de acabar la primera subida, nos encontramos con el primer avituallamiento donde intentamos recuperarnos un poco y reponer algo de fuerzas.
Comenzamos una bajada a orillas de un río y un poco más adelante nuevamente empezamos a subir para acabar llegando al km 15 donde nos separamos las 2 pruebas.
En ese punto a nosotros nos empieza la segunda subida de la carrera que nos lleva al alto del monte donde nos encontramos con molinos eólicos y donde hacía bastante viento y frío. Tras varios km pisteando por la zona alta (d monte bajo) llegamos al km 20 donde el frío empieza hacer mella en mí ( y los pies mojados ) y empiezo a encontrarme mal y se me aparecen los fantasmas de Alto Sil del año pasado donde me pasó algo similar: mucho frío y sobre todo me costaba recuperar la respiración.



En ese momento y viendo que no iba bien le digo a Edu que se vaya, pues llevábamos buen ritmo y yo en mi situación lo iba a frenar. El me contesta con una negativa, pero después de mucho insistirle decide seguir para poder hacer su carrera y a la vez yo también quedar más tranquilo.
Tras unos 3 km en bajada por una zona del río muy peligrosa con cuerdas de por medio y de las que me gustan a mi, parece que me empiezo a encontrar algo mejor y llego al tercer avituallamiento: km 23. Tomo algo, recupero un poco de aire y empiezo la marcha encontrando buenas sensaciones y sobre el km26 logro coger a Edu en una pista  larga y tendida en ligero ascenso.



Pero esas sensaciones tienen las patas cortas pues cuando llegamos a la parte alta otra vez vuelvo a notar ese aire frío que me  vuelve a noquear y mi compañero poco a poco empieza a echar metros de por medio, siendo incapaz de seguirlo.
Cuando llego al km 33 me encuentro con el último avituallamiento y me pasa algo que me hace plantear mi situación: al intentar beber agua ese agua me salió por la nariz. Era incapaz de tragar nada, ni el agua me bajaba y eso que sabía que necesitaba hidratarme, y tras un rato comentándoles a los voluntarios lo que me pasaba y pensando que solo me quedaban 7km decido ponerme en marcha para poder acabar lo que había empezado.
Cuando llego al km 35 comienza la última subida de la carrera y para mí la más dura y no porque fuera una petada, sino el estado en el que me encontraba. Los metros no se me daban pasado y mucho menos su final.
Una vez llegado al alto sabía que prácticamente ya no me quedaba nada, solamente 3km y en bajada la gran totalidad, eso sí, entre medias nos metieron por una zona de bosque donde nos adentramos en una mansión en ruinas salida de la nada y de ahí a la meta, alcanzando así mi propósito que no era otra que  poder acabarla a toda costa,sin importarme ni el puesto en la clasificación ni el tiempo realizado. Y sobre todo aguantar con entereza y no hundirme ni pensar en abandonar cuando veía a muchos compañeros adelantándome.
Como me dijo hoy un gran amigo: "Tómatelo como un gran  entrenamiento de fuerza mental."
Y yo creo que tiene mucha razón porque en este deporte no todo es ser fuerte corriendo, sino que también tienes que ser fuerte mentalmente y esto último nunca lo entrenamos.
Esta fue mi experiencia en el trail Santa Luzia, la cual me hace salir muy fortalecido para próximos eventos.

Proximamente:
TRANSGRANCANARIA.



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